Primera edición del Mad Cool Festival, un evento que, de consolidarse, está llamado a reinar dentro de la escena festivalera, sobre todo si nos enfocamos en su localidad natal, la ciudad de Madrid, un emplazamiento que, si bien ha contado con numerosos intentos de mayor y menor éxito, parece que no acaba de despegar con un festival a la altura de los grandes de Europa, como otrora si sucediese en las primeras ediciones de FestiMAD, un festival referencia y aún en la memoria de muchos aficionados a la música en directo.
Este primer Mad Cool no ha sido aquél debut de FestiMAD al aire libre del 96, el cual contó con bandas en su mejor momento del calibre de The Smashing Pumpkins, Rage Against the Machine, Jesus and Mary Chain, Rancid, Los Planetas, The Posies o Cypress Hill entre otros. Este Mad Cool ha apostado más por la fórmula de su predecesor mostoleño de 2004, mezclando rock-héroes nivel «Hall of Fame» de la talla de The Who o Neil Young, glorias noventeras como The Prodigy, Garbage o Jane’s Addiction, y grupos de diversos palos más actuales y de renombre como Biffy Clyro, Two Door Cinema Club, Kings of Convenience, Flume, The Kills y un largo largo etcétera.
Dejemos de lado lo malo, que siempre se le acaba dando en las primeras horas una dimensión notoria, pero que en realidad rara vez trasciende a las semanas posteriores (volviendo a FestiMAD, la excepción que confirma esta regla sería aquella edición destroyer de 2005, incencios y saqueos incluídos), y centrémonos en lo positivo del Mad Cool: ha reunido en un marco cómodo a unas 100.000 personas, el sonido ha sido, por regla general, bastante bueno en los escenarios principales (quizá la nota no es la misma para los interiores) y Madrid ha recuperado la oportunidad de tener en su tierra bandas que, de otra manera, no habrían pisado nuestra ciudad. Seguro que la organización ha tomado nota de todo lo que hay que mejorar, pero espero que sigan apostando por todo aquello que han hecho bien.
Una lesión en un pie me impidió desplazarme a voluntad por el inmenso recinto del festival, por lo que mi trabajo se centró practicamente en los dos escenarios grandes, que estaban cerca el uno del otro. Y aquí están las fotografías que realicé de las actuaciones. Si queréis saber qué tal fueron éstas, os recomiendo leer la crónica de Mondosonoro